El Grupo Diaporein, GIIFA (Grupo Iberoamericano de Investigaciones de Filosofía Analítica), el Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INVEL, UNMSM), y el Instituto de Investigaciones del Pensamiento Peruano y Latinoamericano(IIPPLA, UNMSM), organizaron el II COLOQUIO DE FILOSOFÍA DEL LENGUAJE Y LINGUÍSTICA "LENGUAJE, NOMBRES Y COGNICIÓN", evento que congregó a connotados lingüistas y filósofos del lenguaje. El desarrollo de ponencias se realizó los días 1 y 2 de julio en la UNMSM. El 1 de julio, Stephen Anderson (Universidad de Yale), presentó «Human Language and human biology I: human language in the animal world» en UNMSM (Lima) a las 11 p. m.; además, ese mismo día, a las 3 p. m., una segunda conferencia titulada «Language and biology II: evolution and properties of human language». El coloquio continúó el día 2 de julio; esta vez las conferencias estuvieron a cargo de Adriano Naves de Brito, reputado filósofo del lenguaje que se ha formado en la UFRGS y Unicamp (universidades de Brasil) y en las universidades de Bielefeld y Tubingen (Alemania), con «Nomes logicamente próprios e referência direta» a las 3 p. m., y, finalmente Wenceslao J. González, formado en las universidades de Salamanca y Murcia, y quien actualmente es catedrático de la Universidad de la Coruña (España), con «El enfoque cognitivo en la ciencia». Los comentarios estarán a cargo de Antonio Ramírez Victorio (Diaporein - GIIFA - UNMSM), Raymundo Casas Navarro (UNMSM-CILA) y de Rolando Rocha Martínez(INVEL-UNMSM).
Las gracias a los profesores Julio César KRuger Castro, Director del IIPPLA, y Aída Mendoza Cuba, Directora del INVEL, por el respaldo brindado.
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Afiche
Nota de prensa
Ponentes
Panelistas
▀ Primeras sesiones: Lenguaje humano y Biología humana [Ver una crónica aquí]
La primera ponencia de Anderson, "Human Language and Human Biology, I: Human Language in the animal world", versa sobre el origen del lenguaje desde, centralmente, una enfoque que tiene presente la biología huamana. Dicha conferencia partieron de la premisa altamente pausible de que dado que somos parte del reino animal, tiene sentido tratar de apreciar al menos partes de la naturaleza del lenguaje sobre la base de nuestra biología específicamente humana. Su punto es tirar por tierra la sospecha infundad según la cual las habilidades comunicativas de otros animales, especialmente los cercanamente relacionados al ser humano, proveen un apropiado punto de inicio y/o fuente válida de evidencia comparativa para dar luces sobre las bases humanas del lenguaje. Así, pues, luego de considerar «el rango de los sistemas de comunicación que hallamos en los animales en la naturaleza», y contrastar «sus propiedades con las del lenguaje humano», Anderson concluyó que el lenguaje humano es muy diferente en sus propiedades esenciales de cualquier otro sistema hallado en la naturaleza. Afirmó Anderson:
«Las formas en las que otros animales se comunican en la naturaleza no tienen las propiedades más importantes del lenguaje humano, contrariamente a las expectativas y afirmaciones [habituales]. De hecho, otros animales no puede en realidad aprender sistemas como nosotros. […] El lenguaje humano, como el sistema de comunicación de cualquier especie, está esencialmente basado en la biología de la especie que la emplea – humanos. No significa que sugiero que la comunicación animal carece de interés comparada al lenguaje humano, o inferior para los propósitos para los cuales son destinados. Solo que hay diferencias esenciales.»
Luego de haber situado el fenómeno del lenguaje humano en el reino animal, Anderson expuso en la segunda ponencia, "Language and Biology, II: Evolution and the Properties of Human Language", «la estructura de la capacidad del lenguaje humano, y algunas preguntas acerca de cómo un aspecto de nuestra biología puede haber surgido en nuestra historia evolutiva.» La ponencia concluyó con enfatizar que los mecanismos conocidos de la teoría evolucionista pueden ser usados para hacer inteligibles orígenes y especificidades relativas a la capacidad lingüística y que la disciplina ocupada por antonomasia en el lenguaje puede vincularse en términos epistémicos de manera altamente productiva con la biología evolutiva.
Los comentarios estuvieron a cargo de Rolando Rocha Martínez (INVEL, UNMSM)
▀ Segundas sesiones: Nombres y cognitivismo [Ver una crónica aquí]
El 2 de julio (Lima, UNMSM) se llevó a cabo las segundas sesiones del II Coloquio de Filosofía del Lenguaje y Lingüística, que el Grupo Diaporein, el Grupo Iberoamericano de Investigaciones de Filosofía Analítica(GIIFA), el Instituto de Investigaciones Linguísticas (INVEL, UNMSM) y el Instituto de Investigaciones del Pensamiento Peruano y Latinoamericano (IIPPLA, UNMSM), organizaron -los dos primeros días del referido mes- por segundo año consecutivo. Fueron expositores los profesores Adriano Naves de Brito (UNISINOS) y Wenceslao J. González (Universidade Da Coruña). Para la misma sesión, se programaron los comentarios de Raymundo Casas Navarro y los míos.
Brito (quien, dicho sea de paso, es el actual Presidente de la Sociedad Brasileira de Filosofía Analítica), defendió la ponencia “Nomes logicamente próprios e referência direta”. Dio una iluminadora exposición que consistió en lo siguiente: antes de examinar el tema de la diferencia entre actos de nombrar y desribir, reconstruyó de manera suscinta la teoría russeliana de los nombres, específicamente su teoría de los nombres lógicamente propios. Acto seguido, discutió la distinción en cuestión desde las pespectivas de Marcus y Kripke y concluyó con una argumentación en contra de la tesis ruselliana del privilegio referencial de los nombres logicamente propios -deícticos.
La segunda ponencia aunque constituye un acto preliminar al próximo Coloquio Peruano de Filosofía de las ciencias que el Grupo Diaporein celebrará el siguiente semestre académico como parte de las actividades (que, dicho sea de paso, difieren en cantidad a las del semestre que acaba de finiquitar pero no en calidad), tiene evidentes consecuencias de interés para los estudiosos del lenguaje: "El enfoque cognitivo en la Ciencia y el problema de la historicidad: Caracterización desde los conceptos".
González partió de la presuposición de que la cientificidad del cognitivismo plantea diversas cuestiones tales como «la dificultad de articular el problema de la historicidad, debido a su complejidad y en cuanto que atañe, en principio, a tres niveles de análisis: la Ciencia, los agentes y la propia realidad estudiada.» Aquí se centra la atención en la tercera de las cuestiones. Se enfoca el asunto desde el ángulo de la historicidad del contenido cognitivo y su compatiblidad con la objetividad científica. Dado que es un problema que requiere considerar los factores correspondientes a los niveles de análisis señalados, se tiene la suposición de que la historicidad aparece sucesivamente en (a) el plano que interesa a la ciencia, en general y en particular, «puesto que incumbe a sus distintos elementos constitutivos, como son el lenguaje, la estructura, el conocimiento, el método, la actividad, los fines y los valores»; (b) el plano que configura a la comunidad de agentes investigativos; y (c) en el plano de lo que efectivamente constituye lo investigado, especialmente en los ámbitos de lo social y de lo artificial.
González continúa presentando su itinerario en estos términos:«Dentro de las Ciencias Cognitivas, la historicidad enlaza con las cuestiones sobre la especificidad del contenido cognitivo, a partir de la cual cabe plantear su variabilidad a través del tiempo, y con la caracterización del papel del sujeto cognoscente, que ha de conocer en una situación dada. Así, en relación con el primer plano, el cognitivismo —sobre todo en las versiones más influyentes— ha insistido de manera habitual en la interdisciplinariedad y suele soslayar la multidisciplinariedad. Respecto del segundo plano, el enfoque cognitivo se centra normalmente en los agentes individuales. Así, ve como problemática la existencia de un “sujeto social” poseedor de genuinas propiedades cognitivas. Y el tercer plano nos remite a “lo histórico”, un terreno explorado por la Ciencia de la Historia. Así pues, para articular el problema de la historicidad en el enfoque cognitivo, hay que tener en cuenta los niveles de análisis uno y dos: la Ciencia y los agentes. Esto requiere atender al contexto del problema, que conecta con las cuestiones acerca de la especificidad del contenido y el papel del sujeto cognoscente. Después se profundiza en el cambio de contenido, a través de la consideración de las revoluciones conceptuales. A continuación se conecta con lo histórico concreto, tarea de los conceptos, que los investigadores utilizan para hacer inteligible lo real. Y, finalmente, hay unas consideraciones acerca de los principales autores aquí analizados.»
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Postean sobre el II Coloquio de Filosofía del lenguaje y Linguística en general: Rolando Rocha Martínez; Revista Exquioc; y Agenda Académica de la UNMSM. Sobre el I Coloquio, véase una breve crónica aquí y algo detallado sobre la cobertura aquí.
Las gracias a los profesores Julio César KRuger Castro, Director del IIPPLA, y Aída Mendoza Cuba, Directora del INVEL, por el respaldo brindado.
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▀ Primeras sesiones: Lenguaje humano y Biología humana [Ver una crónica aquí]
La primera ponencia de Anderson, "Human Language and Human Biology, I: Human Language in the animal world", versa sobre el origen del lenguaje desde, centralmente, una enfoque que tiene presente la biología huamana. Dicha conferencia partieron de la premisa altamente pausible de que dado que somos parte del reino animal, tiene sentido tratar de apreciar al menos partes de la naturaleza del lenguaje sobre la base de nuestra biología específicamente humana. Su punto es tirar por tierra la sospecha infundad según la cual las habilidades comunicativas de otros animales, especialmente los cercanamente relacionados al ser humano, proveen un apropiado punto de inicio y/o fuente válida de evidencia comparativa para dar luces sobre las bases humanas del lenguaje. Así, pues, luego de considerar «el rango de los sistemas de comunicación que hallamos en los animales en la naturaleza», y contrastar «sus propiedades con las del lenguaje humano», Anderson concluyó que el lenguaje humano es muy diferente en sus propiedades esenciales de cualquier otro sistema hallado en la naturaleza. Afirmó Anderson:
«Las formas en las que otros animales se comunican en la naturaleza no tienen las propiedades más importantes del lenguaje humano, contrariamente a las expectativas y afirmaciones [habituales]. De hecho, otros animales no puede en realidad aprender sistemas como nosotros. […] El lenguaje humano, como el sistema de comunicación de cualquier especie, está esencialmente basado en la biología de la especie que la emplea – humanos. No significa que sugiero que la comunicación animal carece de interés comparada al lenguaje humano, o inferior para los propósitos para los cuales son destinados. Solo que hay diferencias esenciales.»
Luego de haber situado el fenómeno del lenguaje humano en el reino animal, Anderson expuso en la segunda ponencia, "Language and Biology, II: Evolution and the Properties of Human Language", «la estructura de la capacidad del lenguaje humano, y algunas preguntas acerca de cómo un aspecto de nuestra biología puede haber surgido en nuestra historia evolutiva.» La ponencia concluyó con enfatizar que los mecanismos conocidos de la teoría evolucionista pueden ser usados para hacer inteligibles orígenes y especificidades relativas a la capacidad lingüística y que la disciplina ocupada por antonomasia en el lenguaje puede vincularse en términos epistémicos de manera altamente productiva con la biología evolutiva.
Los comentarios estuvieron a cargo de Rolando Rocha Martínez (INVEL, UNMSM)
▀ Segundas sesiones: Nombres y cognitivismo [Ver una crónica aquí]
El 2 de julio (Lima, UNMSM) se llevó a cabo las segundas sesiones del II Coloquio de Filosofía del Lenguaje y Lingüística, que el Grupo Diaporein, el Grupo Iberoamericano de Investigaciones de Filosofía Analítica(GIIFA), el Instituto de Investigaciones Linguísticas (INVEL, UNMSM) y el Instituto de Investigaciones del Pensamiento Peruano y Latinoamericano (IIPPLA, UNMSM), organizaron -los dos primeros días del referido mes- por segundo año consecutivo. Fueron expositores los profesores Adriano Naves de Brito (UNISINOS) y Wenceslao J. González (Universidade Da Coruña). Para la misma sesión, se programaron los comentarios de Raymundo Casas Navarro y los míos.
Brito (quien, dicho sea de paso, es el actual Presidente de la Sociedad Brasileira de Filosofía Analítica), defendió la ponencia “Nomes logicamente próprios e referência direta”. Dio una iluminadora exposición que consistió en lo siguiente: antes de examinar el tema de la diferencia entre actos de nombrar y desribir, reconstruyó de manera suscinta la teoría russeliana de los nombres, específicamente su teoría de los nombres lógicamente propios. Acto seguido, discutió la distinción en cuestión desde las pespectivas de Marcus y Kripke y concluyó con una argumentación en contra de la tesis ruselliana del privilegio referencial de los nombres logicamente propios -deícticos.
La segunda ponencia aunque constituye un acto preliminar al próximo Coloquio Peruano de Filosofía de las ciencias que el Grupo Diaporein celebrará el siguiente semestre académico como parte de las actividades (que, dicho sea de paso, difieren en cantidad a las del semestre que acaba de finiquitar pero no en calidad), tiene evidentes consecuencias de interés para los estudiosos del lenguaje: "El enfoque cognitivo en la Ciencia y el problema de la historicidad: Caracterización desde los conceptos".
González partió de la presuposición de que la cientificidad del cognitivismo plantea diversas cuestiones tales como «la dificultad de articular el problema de la historicidad, debido a su complejidad y en cuanto que atañe, en principio, a tres niveles de análisis: la Ciencia, los agentes y la propia realidad estudiada.» Aquí se centra la atención en la tercera de las cuestiones. Se enfoca el asunto desde el ángulo de la historicidad del contenido cognitivo y su compatiblidad con la objetividad científica. Dado que es un problema que requiere considerar los factores correspondientes a los niveles de análisis señalados, se tiene la suposición de que la historicidad aparece sucesivamente en (a) el plano que interesa a la ciencia, en general y en particular, «puesto que incumbe a sus distintos elementos constitutivos, como son el lenguaje, la estructura, el conocimiento, el método, la actividad, los fines y los valores»; (b) el plano que configura a la comunidad de agentes investigativos; y (c) en el plano de lo que efectivamente constituye lo investigado, especialmente en los ámbitos de lo social y de lo artificial.
González continúa presentando su itinerario en estos términos:«Dentro de las Ciencias Cognitivas, la historicidad enlaza con las cuestiones sobre la especificidad del contenido cognitivo, a partir de la cual cabe plantear su variabilidad a través del tiempo, y con la caracterización del papel del sujeto cognoscente, que ha de conocer en una situación dada. Así, en relación con el primer plano, el cognitivismo —sobre todo en las versiones más influyentes— ha insistido de manera habitual en la interdisciplinariedad y suele soslayar la multidisciplinariedad. Respecto del segundo plano, el enfoque cognitivo se centra normalmente en los agentes individuales. Así, ve como problemática la existencia de un “sujeto social” poseedor de genuinas propiedades cognitivas. Y el tercer plano nos remite a “lo histórico”, un terreno explorado por la Ciencia de la Historia. Así pues, para articular el problema de la historicidad en el enfoque cognitivo, hay que tener en cuenta los niveles de análisis uno y dos: la Ciencia y los agentes. Esto requiere atender al contexto del problema, que conecta con las cuestiones acerca de la especificidad del contenido y el papel del sujeto cognoscente. Después se profundiza en el cambio de contenido, a través de la consideración de las revoluciones conceptuales. A continuación se conecta con lo histórico concreto, tarea de los conceptos, que los investigadores utilizan para hacer inteligible lo real. Y, finalmente, hay unas consideraciones acerca de los principales autores aquí analizados.»
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Postean sobre el II Coloquio de Filosofía del lenguaje y Linguística en general: Rolando Rocha Martínez; Revista Exquioc; y Agenda Académica de la UNMSM. Sobre el I Coloquio, véase una breve crónica aquí y algo detallado sobre la cobertura aquí.
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